Para elaborar un programa de aplicación de residuos orgánicos de una forma sostenible es necesario racionalizar el uso del residuo mediante distintas actividades:
Caracterización del residuo orgánico para que conozcamos su composición y controlar su aplicación para evitar problemas medioambientales.
Caracterización del suelo receptor para ello estudiamos el tipo de suelo y su contenido en nutrientes.
Elección del cultivo y comprobación de sus necesidades nutricionales.
Finalmente se estima la dosis idónea del residuo orgánico para una correcta gestión.
En grupo de Agronomía del INIA podemos realizar en nuestro laboratorio una valoración agronómica y analítica de los residuos orgánicos. Principales características físico-químicas de los residuos orgánicos (humedad, sólidos totales, sólidos minerales, sólidos volátiles, pH, conductividad, metales pesados, macro y micronutrientes).
Características físicas de los suelos (densidad aparente, textura y porosidad), las principales características biológicas de los suelos (contenido de materia orgánica, diversas actividades enzimáticas, identificación de micro y meso fauna) y las distintas concentraciones de nutrientes en el suelo o planta (nitrógeno, fósforo, potasio, carbono, calcio, sodio y metales pesados).
Con esta información en nuestro poder podemos tomar mejores decisiones a la hora hacer un plan de fertilización orgánica utilizando los residuos orgánicos como enmienda en el suelo de diferentes cultivos o para la recuperación de suelos degradados. Y de esta forma, la aplicación de los residuos orgánicos podrá ser más precisa y eficiente, tanto a nivel económico como medioambiental.