Para una gestión correcta de los sistemas agrícolas es necesario conocer:
¿Qué tipo de suelo tenemos, cuáles son sus características principales? ¿qué textura, pH, contenido en materia orgánica, etc. tiene?
¿Cuál es la fertilidad natural de nuestro suelo, qué nutrientes podrá aportar?, ¿cuál es el estado nutricional de mi cultivo a lo largo de su desarrollo? ¿cómo será la fertilización más adecuada?
¿Qué nutrientes estamos aportando con el agua de riego? ¿Qué nutrientes estamos perdiendo por lixiviación?
¿Qué calidad tiene nuestro suelo?, ¿cómo de resiliente es nuestro suelo frente agentes externos?¿Las prácticas agronómicas que estamos usando son sostenibles en el medio-largo plazo? ¿Promovemos la biodiversidad en nuestros agro-ecosistemas?
En grupo de Agronomía del INIA podemos realizar análisis agrícolas de distinto tipo en nuestro laboratorio, como las principales características físicas de los suelos (densidad aparente, textura, porosidad,…), las principales características bioquímicas y de biodiversidad de los suelos (materia orgánica, actividad enzimática, identificación de micro- y mesofauna,…) y las distintas concentraciones de nutrientes en suelo y planta (nitrógeno, fósforo, potasio, carbono, calcio, sodio, metales pesados,…).
Con esta información en nuestro poder podemos tomar mejores decisiones a la hora de hacer un plan de fertilización y de enmiendas del suelo. Y de esta forma, la gestión de nuestros cultivos podrá ser más precisa y eficiente, tanto a nivel económico como medioambiental.