El virus vacunal (o Vaccinia) fué la primera vacuna jamás utilizada, facilitando tras más de 200 años la completa erradicación de la Viruela, una de las enfermedades más devastadoras de la historia. El desarrollo de técnicas de manipulación genética del virus ha permitido contemplar nuevos usos para esta vieja vacuna. Principalmente se emplea como vehículo para la expresión de genes de patógenos, generando así vacunas recombinantes que combinan las excelentes características del vector vacunal con la expresión de genes exógenos. Además de su aplicación como vacuna, existen grandes expectativas sobre el uso de virus Vaccinia recombinantes como vector biotecnológico o, incluso, en el tratamiento de tumores como agente oncolítico.
En el campo de las vacunas, y debido a los actuales estándares más exigentes, es preciso aumentar la seguridad e inmunogenicidad de los nuevos candidatos vacunales con respecto a las de las cepas clásicas que se utilizaron contra la viruela. Uno de los vectores mejorados es la cepa de Vaccinia llamada MVA, que fue obtenida mediante pases ciegos. Pero también hay otras alternativas de diseño derivadas de un mayor conocimiento de las funciones de los genes virales, que podrían permitir obtener vectores vacunales con características optimizadas.